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¿Propician las crisis avances y mejoras en edificios y ciudades?

A lo largo de la historia, las crisis han cambiado la forma en que construimos las ciudades, y la pandemia de COVID-19 no es una excepción. Sir Norman Foster, el arquitecto responsable de algunos de los edificios más emblemáticos del mundo, nos revela su visión acerca de los edificios del futuro.

Según Sir Norman Foster, la COVID-19 cambiará el tipo de estructuras que conforman nuestras ciudades.

El galardonado arquitecto, conocido por algunos de las construcciones más famosas del mundo, como el Reichstag de Berlín y el estadio de Wembley de Londres, pronostica que la pandemia aumentará la demanda de diseños con mejor ventilación y mayor contacto con la naturaleza.

Por su parte, las estructuras de oficinas antiguas conllevarán una gran oportunidad para reciclarse y usarse como zonas residenciales. Reciclar y reutilizar edificios es más respetuoso con el medioambiente que construir otros nuevos, como comentó Sir Norman a la periodista de Bloomberg TV, Francine Lacqua, en el último episodio de Leaders with Lacqua Goes Green, patrocinado por Zurich Insurance Group (Zurich). Estos edificios, con nuevas fachadas y una mejor ventilación, podrían crear ciudades más equitativas, compuestas por una combinación de tipos de propiedades más variada y capaces de reducir los tiempos de desplazamiento.

Del cólera a la COVID

En palabras de Sir Norman, fundador de Foster + Partners: «Las ciudades resurgen con más fuerza de crisis [como] pandemias, incendios y terremotos». Además, señala que las epidemias, como los brotes de cólera del siglo XIX, alentaron la adopción de medidas sanitarias en las ciudades, como los sistemas subterráneos de aguas residuales y la inclusión de más espacios verdes, como el Central Park de Nueva York.

Aunque las crisis históricas pueden impulsar cambios de desarrollo más amplios, los edificios también deben ajustarse de forma individual a las necesidades de su entorno y sus ocupantes. El arquitecto puso el ejemplo del edificio londinense de Bloomberg, diseñado por su empresa. Este edificio, que recibió el Premio Stirling del Royal Institute of British Architects en 2018, fue diseñado para mimetizarse con las numerosas construcciones antiguas de su barrio, sin dejar de lado los estándares más elevados de sostenibilidad.

Por otro lado, en su proyecto favorito, el Reichstag de Berlín, se recicló una estructura que ya existía para crear un espacio público y neutro en emisiones de carbono que actualmente alberga el parlamento más visitado del mundo.

De forma independiente pero con un espíritu similar, destaca la sostenible sede mundial de Zurich, renovada recientemente. La construcción genera parte de su electricidad a partir de paneles solares situados en el tejado y usa el agua del cercano lago Zürich, aprovechándolos en un sistema inteligente de calefacción y refrigeración. Las instalaciones del Quai Zurich Campus armonizan legado histórico y modernidad con una impresionante fachada de prismas junto a un elegante edificio original de más de un siglo de antigüedad. El campus se integra aún más en su comunidad gracias a elementos como el Quai Café, que está abierto al público.

Sir Norman lleva especializándose en edificios ecológicos desde que fundó su propio estudio de arquitectura en los años 60. Según él, la preocupación por el medioambiente está influenciada e impulsada por las misiones espaciales que nos permitieron ver nuestro hogar por primera vez desde fuera. «En ese momento, nosotros éramos los forasteros», comenta. «La gran diferencia entre aquella época y la actualidad es que se han llevado a cabo estudios científicos que demuestran que los edificios ecológicos son realmente buenos para la salud».

El arquitecto destaca una investigación que demuestra, por ejemplo, que un paciente en una habitación con vistas se recuperará más rápido, y, según la Harvard School of Public Health, las personas que trabajan en edificios ecológicos están más sanas y tienen un mejor rendimiento.

Sir Norman argumenta que el aumento de la sostenibilidad debería ser una prioridad para todo tipo de edificios. Se ha criticado a su empresa por trabajar en instalaciones de aeropuertos de todo el mundo, como los aeropuertos internacionales de Londres-Heathrow, Hong Kong y Queen Alia, en Jordania. Sin embargo, Sir Norman sostiene que conseguir que las instalaciones de transporte sean más ecológicas mediante la reducción de su consumo de carbono es un paso importante para reducir el impacto de todo el sector.

Al preguntarle por el proyecto de sus sueños, señala que consistiría en una comunidad que demuestre que la vida urbana puede ser compacta, peatonal, con mucha vegetación y con una alta calidad de vida. También añade que: «Quizás el mayor cambio en mi mentalidad, y creo que también en la de los colegas con los que trabajo, es que las infraestructuras de las ciudades son mucho más importantes que cualquier edificio en particular».

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